Un atleta de Villa Mercedes con discapacidad intelectual se consagró maratonista en Buenos Aires

Por Sonia Schoenaker

“Quiero ganar, pero si no puedo, quiero ser valiente en el intento”, se repetía como mantra Maximiliano Urquiza antes de comenzar con la carrera que lo llevó a consagrarse como maratonista.

El joven villamercedino asiste a la Asociación Pro-Ayuda al Discapacitado. Tiene una discapacidad intelectual, pero para él nada es una barrera a la hora de cumplir sus objetivos.

En el 2012, cuando comenzó a concurrir a APAD conoció el running, y desde aquel momento hasta hoy, nunca paró.

Ha participado en reiteradas ocasiones en carreras de 5, 10, y 21 kilómetros, pero su sueño era llegar a los 42, y lo concretó el 22 de septiembre en la Maratón de Buenos Aires.

A la par de su entrenador, corrió por 3 horas y 48 minutos, hasta llegar a la meta. Si bien los nervios al principio lo tenían inquieto, a medida que fue avanzando por el circuito pudo relajarse y disfrutar de la experiencia. En promedio, llevaron un ritmo de 5 minutos y medio por kilómetro.

“Me gustó mucho porque me han ayudado para que yo pueda estar allá, para poder viajar. Es mi pasión porque antes no pensaba en maratones, yo solamente hacía Atletismo y después me dediqué a correr y ahora quiero seguir porque siempre se vienen objetivos lindos”, contó Urquiza en diálogo con El Chorrillero.

Llegó a la ciudad el lunes, y el miércoles retomó el deporte para preparar su participación en la carrera de 10 kilómetros que se realizará en la Calle Angosta, el domingo 6 de octubre en el marco del programa “San Luis se Activa”.

El profesor de APAD, Cristian Luco, Andrea Quiroga de Tortugas Running, la nutricionista Sofia Quiroga y el entrenador Lucas Pérez armaron un equipo interdisciplinario para poder concretar el objetivo del corredor.

“Maxi cumplió con el 100% del plan, no tuvo ningún freno con nada. La maratón salió impecable y de acuerdo a los factores cumplió todo, no hubo ningún altercado y ningún sobresalto”, dijo Pérez a este medio.

Señaló que la determinación del alumno fue lo que incentivó a todos para “darle para adelante”.

Llegar a la meta fue “una emoción gigante” para el instructor que lo acompañó en cada metro del circuito: “Si bien yo corría, el objetivo era que él cruzara el arco”.

Por medio de la Secretaría de Estado de Personas con Discapacidad, los deportistas se alojaron en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD), donde compartieron espacios con la Selección Argentina de Fútbol para Ciegos Femenino, delegaciones de básquet y deportistas de Colombia y Bahamas. Ambos manifestaron que la experiencia “fue inolvidable”.

“Todo esto deja un mensaje muy grande de derribar barreras, de demostrar que se puede, que podemos ser parte igual y que en equipo se logran las cosas”, reflexionó el entrenador.